Se pelan las zanahorias y se ponen a cocer en agua con dos hojitas de laurel y un poco de sal.

Se disuelve el Agar agar en agua y se pone a calentar, aproximadamente la cantidad de mijo por cuatro medidas con dos hojas de laurel. Se lava el mijo y se tuesta en la olla, hasta que desprenda un olor dulzón como a bollería. Añadimos al mijo las cuatro medidas de agua caliente con laurel y agar y removemos para que no se pegue.

Se deja cocinar a fuego suave hasta que esté totalmente blandito con un poco de sal. Mientras se pica la cebolla, muy picadita y el ajo, y se saltean en un poco de aceite de oliva. Cuando están salteadas, se añaden las zanahorias, ya cocidas y hechas puré, se puede hacer con el tenedor si se desea que tengan un poco más de textura. Esta mezcla de cebolla y zanahoria se saltea unos minutos para que los sabores se mezclen, quitando las hojas de laurel, que son solo para dar sabor al caldo. Añadimos el bote de melva picadita sin el aceite y el de salmón con todo su aceite.

Dejamos que se incorporen los sabores unos minutos y aprovechamos para rectificar la sal, añadir el vinagre de ume boshi y un poco de shoyu, podemos añadir también un poco de pimienta negra. Cuando tenemos ya el sabor y todo mezclado, lo unimos al mijo y dejamos que se mezcle, cocinandolo un par de minutos, se coloca la mezcla en un molde y se deja enfríar. Cuando solidifica tenemos un exquisito puding de pescado original y muy saludable. Puede servirse con un poco de cebollino por encima, germinados de rabanitos, o mayonesa de tofu.